miércoles, 19 de agosto de 2020

 

MIRIAM SOTELO: LAS COMUNIDADES GUARANIES DE CORRIENTES NECESITAN LA LEY DE HUMEDALES

Posada de la Laguna Esteros del Ibera Corrientes Argentina

 En los últimos tiempos se ha vuelto a poner en la agenda política la Ley de Humedales, que ya viene desde cierto tiempo atrás, ya que se vienen presentando proyectos sin suerte desde el 2013. Y ahora con los incendios en Delta del Paraná, y Rosario, con el humo acercándose a las ciudades, se prendieron nuevamente las alarmas sobre el riesgo que corren los humedales en la Argentina.

Y para hablar de la importancia de los mismos, tenemos que comenzar diciendo que representan aproximadamente un 22 % del territorio nacional.  Y son ecosistemas naturales que garantizan la calidad de vida, tanto de los pobladores locales como de los habitantes de áreas vecinas. Los diferentes estudios realizados arrojan que son ecosistemas muy heterogéneos, desde las turberas en Tierra del Fuego, pasando por los salares de altura de altura de Jujuy hasta el Delta del Paraná.

Dicen que los humedales tienen un efecto de “esponja”, es decir, que ayudan a mitigar las inundaciones al absorber el agua, lo que impide que se inunden las ciudades que están aguas abajo.

También son ecosistemas frágiles en el sentido de que pequeños cambios pueden alterar sus condiciones biofísicas y de esa manera se altera la estructura del suelo, la flora y la fauna que los habitan.

Como se está tratando de restablecer un nuevo proyecto de Ley de Protección de Humedales en Argentina, la Comisión de Recursos Naturales y Conservación del Ambiente Humano de la Cámara de Diputados de la Nación, viene realizando consultas y exposiciones con diversas personalidades a través de videoconferencias.

En la última de ellas participó, entre otras personas, la hermana guaraní de Corrientes Miriam Sotelo, integrante de la Comunidad Jahaveré  y en representación de las diversas comunidades guaraníes de la provincia. Su comunidad está enclavada en el centro de los Esteros del

Iberá.

 Noticia completa:

https://argentina.indymedia.org/2020/08/19/miriam-sotelo-las-comunidades-guaranies-de-corrientes-necesitan-la-ley-de-humedales/

 Enlace directo al programa:

https://argentina.indymedia.org/wp-content/uploads/2020/08/Micro-Kay-Pacha-19-de-agosto-2020.mp3

lunes, 3 de agosto de 2020

Homenaje de Adolfo Pérez Esquivel a 75 años de la bomba de Hiroshima.

Hiroshima y Nagasaki

Y el mundo a 75 años

El avión sobrevoló la ciudad de Hiroshima, los pilotos a cumplir su rutina  de  guerra, arrojar las bombas sobre territorio enemigo y regresar a la base. Ese día las instrucciones de sus jefes fue que llevaban un arma especial,   arrojar la bomba en el objetivo asignado y alejarse lo más rápido posible del blanco. El día 6 de agosto el cielo  estaba sin nubosidad y el comandante feliz  porque habían puesto el nombre de su madre Enola Gay al avión.

 Cuando arrojaron la bomba atómica sobre la ciudad de Hiroshima algo se quebró en su interior y el piloto gritó -¡Dios mío,… Dios mío… que hemos hecho!.....en ese minuto el mundo cambió. El presidente Truman de los EEUU dio la orden de arrojar la bomba sobre Hiroshima, una ciudad civil sin bases militares,  la bomba atómica  desato  el horror, la destrucción y muerte se sobre  la  humanidad.

Los pilotos regresaron con la muerte en el alma, ya nada sería igual. El gobierno de Truman buscó todo tipo de justificación para justificar lo injustificable,  Japón ya estaba vencido antes de las bombas. La crueldad humana no tiene límites, como no la tuvo el nazismo en los campos de concentración  contra los judíos.

El presidente Truman  impartió la orden de  arrojar la segunda bomba atómica el día 9 de agosto de 1945 sobre la ciudad de Nagasaki.  El “éxito de las masacres” fue total, necesitaba  mostrar el poderío de los EEUU al mundo y en especial a la Unión Soviética, su aliado circunstancial en la guerra.

Una madre víctima de la bomba en Nagasaki deja una carta a su hija de dos años que sobrevive, es de una ternura infinita  donde le dice como cambió la vida, que su amor permanece más allá de la muerte y  que la recuerde.

En mis viajes a Japón en varias oportunidades estuve en  Hiroshima, me reuní con  mujeres - Ibakusas,-  sobrevivientes de la bomba;  son  testigos del horror y nos  acompañaron  recorriendo los túmulos y lugares dónde estallo la bomba y donde se encuentran  las víctimas; decían que  tienen la responsabilidad de trasmitir la memoria  de lo vivido cuando eran niñas a tres kilómetros de la ciudad en la escuela y ese día perdieron su familia, después de los bombardeos hasta el presente sufren las radiaciones, el cáncer y la contaminación que mató a miles de japoneses/as  no combatientes.

La humanidad frente al dolor y tragedia  de dos guerras en el siglo XX  buscó encontrar caminos de entendimiento y respeto entre los pueblos y dio nacimiento a  las Naciones Unidas y la Declaración Universal de los Derechos Humanos, un paso fundamental en para lograr superar el horror  y sanar las heridas y tratar de encontrar nuevos horizontes de vida  para que nunca más vuelva a desatarse  la tragedia de todas las guerras. Si bien los organismos internacionales cumplen una función necesaria  en el mundo, la carrera armamentista, las guerras, los conflictos bélicos, de alta y baja intensidad, y la explotación de los bienes y recursos de la Madre Tierra  no terminaron. Continúa la ambición del poder dominación acumulando arsenales nucleares entre las grandes potencias y generando más pobreza, marginalidad y hambre en el mundo

 Hoy nuestra Casa Común sufre la Pandemia del Coronavirus,  tragedia que  afecta a toda la humanidad con miles de muertos y millones de infestados y sin encontrar hasta el momento vacunas o antídotos para superar la tragedia global.

El Covid 19 es consecuencia del maltrato del ser humano contra la Madre Tierra, la destrucción de la floresta, los agro-tóxicos, las quemas intencionales que provocan la perdida de la biodiversidad,  la muerte de los animales y la violencia contra las comunidades indígenas;  devastación y crueldad que ha roto el equilibrio entre el ser humano y la Madre Tierra, es urgente llamar a la conciencia de los gobiernos que privilegian el capital financiero sobre la vida de los pueblos.

Llamar a la conciencia de  empresas que en su afán de lucro no respetan los derechos de la Naturaleza, es urgente convocar a un “Nuevo contrato Social”  para encontrar nuevos caminos de convivencia, caso contrario las pandemias se agudizarán cobrando más vidas y la destrucción de  bienes y recursos naturales.

Los centros de investigación científica están cerca de alcanzar una vacuna para el Covid 19, es necesario que la misma sea gratuita para toda la humanidad, sin exclusiones de los países más pobres.

Es necesario hacer memoria, no para quedarse en el pasado, la memoria nos ilumina el presente y nos llama a reflexionar, a 75 años de Hiroshima tenemos que ver el caminar de la humanidad,  sus avances y retrocesos, no se trata de recordar únicamente la tragedia y a las víctimas, debemos honrar la memoria de las víctimas de las guerras y mirar el camino a recorrer de la humanidad.

No olvidar  el momento que el mundo cambia cuando el avión por orden del presidente de los EEUU Truman lanza su carga mortífera sobre poblaciones civiles.

El pueblo japonés sobreponiéndose al dolor y destrucción ha logrado grandes avances en la reconstrucción de ciudades devastadas como Hiroshima y Nagasaki, pero preserva la memoria de los días  6 y 9 de agosto de 1945 en que el mundo cambio.

 La humanidad necesita desarmar la “razón armada”, hacer  realidad lo que en el Foro Social Mundial – FSM- proclamamos que “Otro mundo es posible”, transformar las armas en arados  como lo dice el profeta Isaias,  a fin de alcanzar la Paz y unidad en la diversidad entre las personas y los pueblos del mundo.

Adolfo Pérez Esquivel

Buenos Aires, 1 de agosto del 2020